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adminSanto Domingo. – De manera caótica y mortal fue como se produjo el desgarrador colapso del techo de la discoteca Jet Set el pasado 8 de abril, dejando mas de 230 muertos, múltiples heridos y familias y amigos con el corazón roto por la perdida de sus parientes, en un hecho que estremeció al país y el mundo.
El horrendo 8 de abril marcó la historia de la República Dominicana como uno de los hechos mas trágicos y que más ha conmocionado al país, dejando muchas historias debajo de los escombros.
En el marcado día negro, el Centro de Operaciones de Emergencias activó de inmediato su protocolo de contingencia. El presidente de la República, Luis Abinader, visitó el lugar del desastre, expresó sus condolencias y describió el hecho como «uno de los mayores desastres en la historia reciente del país».
Entre los fallecidos, se encontraban los exbeisbolistas de las Grandes Ligas de Béisbol Octavio Dotel y Tony Blanco (quien falleció salvándole la vida al exbeisbolista Esteban Germán), la gobernadora de la provincia de Monte Cristi y hermana del beisbolista Nelson Cruz, Nelsy Cruz.
Otros de los fallecidos fueron el diseñador de modas Martín Polanco, el director de infraestructura urbana del Distrito Nacional, Christian Alejandro Tejeda, junto a su esposa e hija, y Luis Solís, conocido como «Chican», saxofonista del conjunto musical de Rubby Pérez.
El Grupo Popular confirmó en la madrugada del 9 de abril, el fallecimiento de varios miembros de la familia Grullón. Sus identidades son: Eduardo Grullón (presidente de AFP Popular e hijo del fundador de Grupo Popular Alejandro Grullón Espaillat); su esposa Johanna Rodríguez, su hermana Alexandra Grullón (gerente de proyectos de Qik Banco Digital) y el esposo de esta, Eduardo Guarionex Estrella (subdirector del Instituto Nacional de la Vivienda, INVI); quien era hijo del político Eduardo Estrella, expresidente del Senado dominicano y actual ministro de Obras Públicas. Ese mismo día, las autoridades de República Dominicana confirmaron el fallecimiento de Rubby Pérez.
Dentro de tantas figuras publicas, también se encontraban personas humildes, empleados de la discoteca y personas que sencillamente tomaron ese día para disfrutar de lo que seria la gran fiesta junto al artista dominicano Rubby Pérez. Desde ese momento, nada fue igual, ya que el dolor en que quedaron sumergidos además desató indignación y cientos de demandas.