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6 horas agoon
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adminLa reciente promulgación de la ley de desarrollo territorial que reconoce a Verón Bávaro Punta Cana como una unidad administrativa con facultades para gestionar su propio presupuesto marca un hito en la descentralización del poder local. Esta decisión responde a una demanda histórica de una comunidad que ha sido el epicentro del crecimiento turístico nacional, generando miles de empleos, divisas y atrayendo la mayor parte de la inversión extranjera directa en la región Este.
La posibilidad de administrar sus propios recursos representa una herramienta fundamental para enfrentar los desafíos estructurales que la zona ha acumulado durante años: crecimiento urbano desordenado, presión sobre los servicios públicos, falta de planificación territorial, precariedad en la recolección de residuos y un sistema vial colapsado. El acceso directo al presupuesto permitirá a las autoridades locales diseñar políticas públicas acordes a su realidad, sin depender de estructuras centralizadas que hasta ahora han demostrado ser ineficientes o desconectadas de las prioridades del territorio.
En este contexto, vemos que se está hablando cada vez con más fuerza de hacer municipio al distrito de Verón Bávaro Punta Cana, y la discusión se ha centrado casi exclusivamente en el tema de los recursos económicos. Sin embargo, es importante recordar que el debate va más allá de lo financiero. La creación del municipio responde a una necesidad de gobernabilidad, eficiencia y representatividad local. Además, la ya implementada Ley de Ordenamiento y Gestión del Territorio faculta a Verón Bávaro Punta Cana a manejar sus propios arbitrios y generar ingresos que permitan sostener su desarrollo.
Esta realidad no puede ni debe interpretarse como una amenaza para Higüey, sino como una oportunidad para redefinir su papel como ciudad cabecera de la provincia. Por décadas, Higüey ha sido el centro de decisión político-administrativa y ha canalizado –de forma directa o indirecta– recursos hacia las zonas turísticas. Con la redistribución de competencias, el municipio deberá replantear su estructura de ingresos y su modelo de gestión para no quedar rezagado ante los cambios.
El reto es lograr que mientras Verón Bávaro Punta Cana ejerce su derecho legítimo a la autogestión, Higüey mantenga su capacidad institucional, técnica y financiera para atender a su población y seguir siendo un eje de desarrollo regional. La reorganización territorial no puede convertirse en una fuente de fragmentación ni de competencia desigual.
La implementación de la ley, y la potencial creación del municipio de Verón, debe ir acompañada de marcos de cooperación intermunicipal, planificación conjunta, y un sistema de corresponsabilidad fiscal y técnica que garantice el desarrollo equilibrado de ambas zonas. Solo así se podrá avanzar hacia un modelo territorial donde el crecimiento de una parte no implique el debilitamiento de la otra.
Verón Bávaro Punta Cana es Higüey. Una unidad territorial con dos motores que deben avanzar juntos.