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adminEl Kremlin defendió hoy la elección de Hungría, pese a ser miembro de la OTAN y la Unión Europea (UE), como sede de la próxima cumbre entre los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y EE.UU., Donald Trump.
«Hungría, un país de la OTAN y la UE, mantiene una posición especial en relación con su soberanía, desde el punto de vista de la defensa de sus intereses nacionales. Esto, sin duda, despierta el respeto de ambos líderes», dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Peskov, quien confirmó que Putin ya abordó dicho asunto por teléfono con el primer ministro húngaro, Víktor Orbán, añadió: «Dichas decisiones se adoptan conjuntamente».
La cumbre «puede, efectivamente, tener lugar en el plazo de dos semanas o un poco más tarde», subrayó y recordó que Putin y Trump nunca negaron su interés en reunirse después de la cumbre de Alaska, que se celebró el 15 de agosto.
«Hay la voluntad de ambos presidentes (…) Existe el acuerdo de que no hay necesidad de posponer nada», señaló, respecto a la conversación telefónica mantenida el jueves por ambos mandatarios.
Sea como sea, subrayó que la cita debe ser preparada por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, que se reunirán la próxima semana.
«Primero se llamarán y después se reunirán y comenzarán a discutir todos los asuntos. Hay muchas cuestiones, ya que hay que definir el equipo negociador», señaló.
Y recordó que Rusia se muestra abierta al arreglo pacífico del conflicto con Ucrania, lo que Putin repitió en su charla con el jefe de la Casa Blanca, mientras que -adujo- los países europeos con sus «ambiciones militaristas» instigan a Kiev a continuar la guerra.
El portavoz del Kremlin también admitió que aún no está clara la logística del viaje de Putin a Budapest, para lo que tendría que cruzar inevitablemente el espacio aéreo de países de la OTAN.
A su vez, vinculó la iniciativa de Putin de llamar a Trump con la necesidad de felicitarle por su éxito al detener la guerra en Gaza, aunque todos los analistas la relacionan con la reunión prevista este viernes en la Casa Blanca entre el presidente de EE.UU. y el líder ucraniano, Volodímir Zelenski.
En la conversación del jueves Trump y Putin acordaron reunirse en Hungría después de dos meses de pausa en sus contactos, al tiempo que el líder ruso advirtió que el suministro de misiles estadounidenses Tomahawk a Kiev pondría en peligro «las perspectivas de un arreglo pacífico».