El nuevo gobernador del Banco de Portugal, Álvaro Santos Pereira, abogó este lunes por realizar reformas estructurales para impulsar el crecimiento económico y avisó del riesgo que puede acarrear la crisis inmobiliaria, durante la toma de posesión del cargo en sustitución de Mário Centeno.
«Estamos innegablemente mucho mejor que hace una década, pero no podemos ser complacientes, en primer lugar es esencial apostar por políticas que estimulen el crecimiento económico, la economía portuguesa puede y debe crecer más, pero para eso necesitamos de reformas estructurales», dijo en un discurso en el Museo del Dinero.
En ese sentido sostuvo que una «actitud reformista es esencial» para la prosperidad de los países y el nivel de vida de los ciudadanos.
Anticipó que van a seguir muy de cerca la evolución del mercado inmobiliario y su impacto en la vida de las familias y la estabilidad financiera: «La enorme subida de los precios en el sector inmobiliario es un factor de preocupación, principalmente cuando tomamos en cuenta indicadores internacionales, los valores medios de los ingresos de las familias y su tasa de esfuerzo en la compra de vivienda propia».
Destacó que actualmente «hay un desequilibrio fundamental entre la demanda y la oferta de casas» y que el escaso crecimiento de la oferta inmobiliaria «tiene más que ver con las restricciones a la construcción que con la falta de incentivos económicos».
A ese respecto, recordó las medidas adoptadas por el Gobierno para «desbloquear las restricciones» y apuntó que «es esencial» que los ayuntamientos también lo hagan.
Por otro lado, consideró «absolutamente vital» continuar con el esfuerzo de desendeudamiento de la economía nacional y recordó que el país está todavía a un nivel de endeudamiento «demasiado alto», con la deuda pública rondando el 94 % del PIB y la del sector no financiero a cerca del 290 % del PIB.
Sobre su visión del banco central, quiere una institución «más abierta y presente en el territorio nacional, más innovadora, más atenta y más influyente».
También subrayó que quiere que el organismo sea «más independiente».
Recordó que las soluciones digitales son más convenientes y eficientes para el sistema bancario, prestadores de servicios, empresas y usuarios, aunque advirtió de que suscitan «más preocupaciones de fraude».
Por ello señaló que hay que garantizar «un equilibrio adecuado» entre la promoción de soluciones innovadoras y de cariz europeo, con la seguridad de las transacciones; y remarcó que es al Banco de Portugal a quien le corresponde hacerlo «con una acción atenta e interviniente».
Entre algunas de las medidas que quiere poner sobre la mesa está celebrar un diálogo regular con el Gobierno y con otros supervisores financieros sobre la promoción de la educación financiera, la lucha contra el fraude y el blanqueo de capitales.
Asimismo, quiere propondremos la reactivación del Consejo Nacional de Estabilidad Financiera, para que el Gobierno, el Banco de Portugal y otros supervisores puedan debatir periódicamente los riesgos para la estabilidad financiera.
Santos Pereira llega al Banco de Portugal tras haber sido economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), después de que el Gobierno del primer ministro Luís Montenegro (centroderecha) decidiera no pedirle a Mário Centeno, que fue ministro de Finanzas del socialista António Costa, que no permaneciera al frente del banco central para un mandato más.
Santos Pereira fue ministro de Economía entre 2011 y 2013 durante el Ejecutivo del conservador Pedro Passos Coelho y destacó por defender las reformas estructurales durante el periodo de la ‘troika’ en Portugal. Después se apartó de la política activa aunque ha mantenido una presencia en el debate económico internacional.